Francesca Pietracci


Francesca Pietracci

ESTUARDO MALDONADO
Arte, Dimensionalismo e Hiperespacio

¿Cuál estructura une el cangrejo con la langosta, la orquídea con la prímula y los cuatro conmigo? ¿Y todos nosotros con la ameba de un lado y el esquizofrénico del otro?" 
(Gregory Bateson)

Respecto a los seres humanos, podemos constatar que existe un espacio mental, una dimensión corpórea y un espacio natural externo.

Las conexiones entre estos ámbitos son de naturaleza profunda y ricas de analogías juntas a la evolución misma que nos llevan a revelar modos de organización e interacción similares. En otras palabras, el conocimiento de cada persona es una pequeña parte de un más amplio conocimiento integrado que mantiene unida toda la biosfera.

Este es, en síntesis, el espacio mental y físico dentro del cual nacen la investigación artística y toda la obra de Estuardo Maldonado. Se trata de la revelación de estadios intermedios, de conexiones, de una superación de la tercera dimensión, de una multiplicación de niveles que lo conducen no a representar sino a dar vida al complejo sistema que él mismo define,

Dimensionalismo

Sus Híper-espacios aparecen prácticamente a través de sus obras, que no son simples representaciones/narraciones, sino son similares a organismos vivientes, que mudan al cambiar del rayo de incidencia de la mirada humana, de la fuente luminosa, del espacio físico en el cual están insertadas. Éstas se acercan, de algún modo, al concepto de realidad virtual, así que, después del descubrimiento de la cuarta dimensión, será posible individuar miles más de éstas, extendiendo y superando el mismo principio de relatividad.

Y si la mente, entonces, a través de su funcionamiento y de su evolución, se entiende como espejo y reflejo de numerosas y vastas porciones del mundo natural externo al ser pensante, es aquí que cambia la concepción misma de la naturaleza.

Para Estuardo Maldonado, entonces, la naturaleza no representa un término genérico de comparación, sino una materia organizada y viva, una materia en evolución, una estructura en condición de conectarse con los demás, y entonces una meta-estructura, una estructura de estructuras, una danza de partes que interaccionan entre ellas mismas.

Su obra sobre el Dimensionalismo se extiende desde los años setenta hasta hoy, y es realizado principalmente sobre lastras metálicas que asumen múltiples coloraciones por medio de bombardeos químicos, o sobre esculturas cúbicas compuestas, realizadas en ramadas metálicas que multiplican en su interno numerosísimos otros sólidos geométricos interconectados.

Todo lo que éstas pueden transmitir al espectador sobrepasa en mucho la balanza geométrico-espacial; lo que viene creándose es, de hecho, la imagen cambiante de un universo envolvente y perceptible esencialmente con la dimensión que supera las líneas convencionales de demarcación entre el extremo y el interno. Lo que genera movimiento es la percepción de la posibilidad de extender la propia conciencia, de mirar, de ver con otros ojos y de escuchar con otros oídos, de tocar con otras manos. Es como si todo lo que memorizamos convergiera en un único punto sintético, un álveo capaz de acoger y amalgamar un río relleno de los símbolos de los arquetipos, de los mitos que Copulan la historia de la humanidad, y es a esta historia global que Estuardo Maldonado se interesa con una increíble dedición, una idea fija y arrebatadora que lo ha llevado a construir, durante los anos, una colección única al mundo de repartos precolombinos.

Son los rostros y los cuerpos que, al inicio de su obra, empiezan a construir los referimientos para un nuevo modo de concebir el arte.

En 1957 el artista llegó a Roma de Ecuador en donde frecuentó, por ocho años, la Academia de Bellas Artes, con cuatro años de Pintura y cuatro de Escultura Los artistas de otros continentes frecuentaban cursos en esos años, y algunos de éstos habían llegado a Roma para profundizar el estudio del Futurismo. Es aquí que Estuardo Maldonado siente la necesidad de apropiarse de los símbolos y de los arquetipos de su cultura de origen, de las raíces precolombinas, y de ponerlos en juego sobreponiéndose a la experiencia de la Abstracción. Con estas obras, en 1964, participa en la Bienal de Venecia. La sucesiva evolución de su obra se basa en la reducción de la imagen y del espacio en signo, en sistemas de signos, en composición modular, hasta llegar, en los primeros años setenta, a experiencia “optical”.

Desde aquí el artista focalizará su experiencia dimensionalista que, aun presentando continuas variaciones y evoluciones, es todavía el eje fundamental de sus obras. En cada momento de su vida, el artista trata de agregar un nuevo ladrillo a la búsqueda sobre cómo esté conectado el mundo en su interno, sobre cómo las mentes pueden obrar, sobre cómo se conecten las ideas entre ellas al respecto al recorrido de espacios posibles.

Francesca Pietracci

HISTORIADORA DEL ARTE Y 
CURADORA INDEPENDIENTE 
ROMA, JULIO 2008